DocMac: Declaración Curatorial

Curadora: Carmen Oquendo-Villar

Galería Nuevas Tendencias

Museo de Arte Contemporáneo de Puerto Rico (25 junio -6 agosto, 2010)

Artistas:

Miguel Villafañe: 25 de junio- 4 julio, 2010

Anaida Hernández: 7 -15 de julio, 2010

Sofía Maldonado y Darren Brass: 20- 29 de julio, 2010

Nayda Collazo-Lloréns: 1- 6 de Agosto, 2010

"Letargo: Tinta y sangre"



Argos: Letargo cuando cierra los ojos argos. Dios que vigila y tiene 100 ojos.
       
     El MAC celebra sus 25 años de existencia mediante su exhibición: careos/relevos: 25 años del museo de arte contemporáneo de Puerto Rico. En el contexto de una exposición conmemorativa del museo, su directora Marianne Ramírez y curadora Lilliana Ramos-Collado optan por apostar al riesgo y la reinvención del Museo de Arte Contemporáneo mediante el concepto de los “Talleres vivos.”
            El taller vivo DocMac propone “documentar” la exposición conmemorativa del MAC: careos/relevos: 25 años del museo de arte contemporáneo de Puerto Rico. “El compromiso con la documentación” –explica la curadora Lilliana Ramos Collado--  que alentó el MAC desde su fundación, junto a la producción de catálogos explicativos para sus exhibiciones, es parte fundamental del acervo relacionado con el desarrollo del arte contemporáneo en nuestra isla.” DocMac trabaja con lo que Arcadio Díaz Quiñones ha llamado la memoria rota y se integra a la ola memorística puertorriqueña que reconstruye  “el desarrollo de su acervo mediante la creación de archivos, bibliotecas, museos, y demás estrategias de “rescate” de sus múltiples legados.”
            Como académica llevo décadas estudiando memoria y política, específicamente en el caso de chileno. El documentalista Patricio Guzmán, exiliado de Chile a partir del golpe de estado de 1973 y célebre por su monumental documental “La batalla de Chile,”  ha reflexionado sobre la memoria de las nuevas generaciones chilenas sobre sucesos del pasado, sobre todo sucesos que no vivieron. En su documental “La memoria obstinada de 1997, Guzmán regresó a Santiago acompañado de un pequeño equipo para recorrer otra vez los escenarios originales y encontrar a algunos de los personajes del viejo filme original. También para sondear la memoria de las nuevas generaciones. En el filme Guzmán explora los olvidos generados, en gran parte, por una hiper pactada transición hacia la post-dictadura chilena.
            En Letargo: Tinta y sangre, Sofía Maldonado y Darren Brass regresan, desde el 2010, a dos fechas importantes de la historia de Puerto Rico: el año 1978 (fecha en que Carlos Soto Arriví y Arnaldo Darío Rosado pierden la vida en el Cerro Maravilla)  y el 1986 (fecha que recoge los ecos de las posteriores vistas (1981-1984) en torno a lo que se conoció el Caso Maravilla, y fecha en que Nelson Sambolín realiza “Tríptico de Maravilla”).  Cómo no recordar  “Testigo, dígame si es o no cierto…”,  frase célebre, que se convirtió en parte del folclor local, y con la que Héctor Rivera Cruz pasó de ser un eficiente pero poco conocido fiscal a ser el personaje más popular de la televisión en 1983, cuando llegó a las pantallas como investigador especial senatorial del caso del Cerro Maravilla.
            Hablar de una pieza que trabaja otra que trabaja Maravilla suscita varias interrogantes ¿Cómo documentar algo no conocido directamente? ¿Qué es lo “cierto” de este incidente? Gran reto teórico del documental en general, y  con ello recuerdo el título de uno de los grandes festivales internacionales de documentales “E tudo verdade,” Todo es verdad, It’s all true, celebrado anualmente en Brasil. Ni Maldonado (nacida en 1984) y Brass (1972), incluso tampoco Sambolín (1944) cualifican como “testigos” directos o “testigos” oculares del incidente mismo, de lo que “realmente sucedió” allí. Tanto “Tríptico de maravilla” como “Letargo: Tinta y sangre” documentan el incidente del 1978  y lo trabajan como un evento clave de la mediatización de la política y la justicia isleña. Ambas piezas representan propuestas artística que apuestan al rescate de una memoria histórica mediatizada. ¿Cuál es la “verdad” del gesto documentador de Sambolín y de Maldonado y Brass?
En el caso de Sambolín, el artista utiliza Carbón y lápiz sobre papel. Según Lilliana Ramos-Collado, la curadora del MAC, “Nelson Sambolín, recurre a la tradición milagrera y religiosa del tríptico religioso tradicional, y la tuerce para señalar la monstruosidad del acto. El dibujo a carbón y grafito sobre papel, resuelto de izquierda a derecha, propone invita a la curiosidad del espectador: la aparente ladera de una montaña donde yacen dos cuerpos enredados en la maleza oscura, va manifestándose poco a poco como la enorme cabeza de un jabalí, cuyos colmillos temibles, pero secretos casi, son, precisamente, esos dos cuerpos. Al igual que en Estandarte, de Luis Alonso, la tierra oscura, se transforma en cuerpo que se yergue. En el caso de Sambolín, el ojo ominoso de la fiera declara su intención violenta que, anticipamos, responderá al crimen haciendo de los cuerpos muertos de los jóvenes su arma justiciera.
  Huyendo del literalismo usual del arte de protesta política, el artista recurre a la revelación paulatina de su asunto, obligando al espectador alcanzar una lenta comprensión que depende de su apreciación de la maestría del dibujo. Vista de cerca, cuando leemos la pieza de izquierda a derecha, encontramos los cuerpos. Y cuando nos alejamos para admirarla a la distancia, descubrimos el ojo, el hocico y colmillos de la fiera agazapada en la oscuridad del grafito, cubierta por la maleza-pelambre de los trazos del lápiz. La maravilla de esta pieza es el juego de las transformaciones, la doble imagen, el misterio del furor de la tierra a punto de rebelarse ante la injusticia.”
            En el caso de “Letargo: Tinta y sangre”  Sofía y Darren  recurren a diversas estrategias (muralismo, tatuaje, escultura) para  “rescatar”  múltiples legados, no sólo del incidente de 1978, sino  de la obra de Nelson Sambolín, Tríptico de Maravilla, integrándose así a ola memorística puertorriqueña.  Sofía y Darren no sólo documentan unos sucesos históricos, ya documentados por la pieza de sambolín, por la cultura mediática isleña, o la oralidad folkorica de Puerto Rico. Comienzan por invertir la pieza de Sambolín y dialogar estéticamente mediante
un uso del negro (inusual en el muralismo de Sofía) y la
            Deseamos ampliar la noción de “documentación” propuesta en DocMac, integrando la carne y el concreto como espacios de inscripción de la memoria histórica. Elaboramos el concepto de documentación presentando las contradicciones entre la pintura mural — una documentación efímera— y el arte del tatuaje—una documentación permanente.

Los artistas documentan y reaccionan a  un tecné, una técnica estética desarrollada por Sambolín.
En dos días Maldonado trabajó, con el color negro tan poco usual en su paleta, una imagen basada en la de Sambolín en una esquina de la sala. Integró el rayado con una paleta de madera sobre la pintura de látex que utilizó en la pared.
            A su lado habrá un canvas en el que hoy terminará la forma que tiene en mente.
“La pieza continuará en el canvas, que es lo que dejaremos al Museo. Mi último trazo será en la espalda de una modelo que estará en una posición penitente”, dice  Maldonado.
Ahí entrará en acción el trazo de Darren Brass que actúa como cicatriz en la modelo, es una inscripción permanente” Su trabajo como tatuador le obliga a traducir vivencias o personajes significativos para una persona en una imagen que marca en su piel. Pero en esta ocasión, asegura, “es más fácil” puesto que “tengo la referencia directa de frente”. El proceso de tatuar es doloroso y es poco probable que la modelo escape de la sensación.
            Más símbolos refuerzan la obra. En su parte final destaca una instalación repleta de bolsas plásticas blancas que va del techo al suelo. Puede ser una falda o un cerro. A sus pies, dos guitarristas del patio, José Gabriel Maldonado y Ernesto Ramos, interpretarán un repertorio de danzas, selección musical reveladora en unos artistas que  delcaran públicamente tener influencias de las expresiones “callejeras” del punk rock, reggaeton/dancehall, latino-gang & street culture.
            Tomando en consideración la propuesta de DocMac de replantearse la ola memorística puertorriqueña y las estrategias de “rescate” de nuestros legados artísticos e históricos, en "Letargo: Tinta y sangre," Sofía y Darren entablan un diálogo pictórico sobre la situación actual del país. En tiempos de tensión e incertidumbre, deseamos revivir la obra de Sambolín y el incidente del Cerro Maravilla al que alude, para presentar nuestro propio discurso a través de la pintura mural y la escultura que recorre y se confunde con el cuerpo de la modelo. El tatuaje de Brass en el cuerpo de la modelo no sólo documenta la acción tipo “performance” del proyecto mural, sino que marca un instante en que nuestra sociedad cicatriza sus recuerdos y los vuelve letárgicos.
            “Es como si fuera el suceso de Maravilla, los jóvenes al pie de la colina.” Pero Maravilla no sólo alude al Cerro, al incidente del 1978, a la obra de Sambolín o a la historia puertorriqueña. La maravilla es un tópico frecuente en el arte, retomado recientemente por Tim Burton y su Alicia , y que caracteriza la obra de Maldonado. La crítica ha notado similitudes entre las figuras humanas de Maldonado y los trazos de Dr. Zeuss.  En esta pieza rescata la maravilla a través de alusiones oníricas. Me interesa, dice Maldonado el “sueño eterno de la sociedad puertorriqueña,”  traer a la mesa las “formas de interactuar del pasado y el presente” y maneras de “documentarlo”.
            ¿Cuál es la “verdad” que proponen Darren y Sofía? ¿Cuál es la maravilla?  “No te voy a revivir aquello”, subrayó Romero Barceló hace dos días en el períodico, y pidió que al caso “hay que echarle arena” porque quienes trataron de vincularlo con los hechos de Maravilla se gastaron más de 40 millones de dólares “en mentiras”, aseguró en referencia a los gastos de abogados y vistas públicas que se celebraron durante años en torno al caso.
            Como curadora, me interesa el aporte de Sofía y Darren a los debates sobre la maravilla, las mentiras y las verdades, incluso el aporte a la noción de documental,  al incluir la tinta, la sangre y el acto de un lento y letárgico cicatrizar. Parecería no ser verdad su propio título “Letargo,” como muy bien captó Tatiana Pérez Rivera en el título que escogió para su reseña de “El nuevo día”:  Vigoroso letargo. El vigor de la técnica de Sofía Maldonado y de Darren Brass tal vez sea la más contundente verdad de esta noche.
 por Carmen Oquendo Villar